Así nos dijo aquel maestro del lápiz, que durante toda su vida había vivido plenamente dentro una atmósfera de gamas, trazos y pigmentos generosamente obtenidos con sus amados lápices de colores. Este erudito del lápiz dice que en todo momento pensaba en las bondades de sus prodigiosos instrumentos manuales y con los cuales convivió la mayor parte de su existencia.
Estas experiencias, sólo confirman que con los preciosos lápices se pueden lograr grandes obras visibles de manufactura extraordinaria, por los cual solo nos queda admirarlas y desde luego seguir los pasos de quienes nos antecedieron y dejaron huellas imborrables.
Felizmente, ya podemos decir que si antes fuimos uno y dos, luego tres, ahora somos más de 10 personas que están trabajando para promover con intensidad el uso y manejo artístico y lúdico de los lápices en Arequipa y el Perú. EN BUENAHORA.
MIENTRAS SEAMOS MÁS, ...VENDRÁN NUEVAS SORPRESAS.
